¿El oftalmólogo te ha dicho que necesitas gafas y no sabes qué modelo elegir? Ya no tiene por qué ser un trauma. Las gafas se han convertido en un complemento estrella y protagonizan su propia moda gracias a los millones de modelos y colores que existen en la actualidad. Aunque no te lo creas, hay gente que incluso lleva gafas sin graduación de igual manera que visten un cinturón o un pañuelo.
La tendencia actual son las gafas de gran tamaño, con un aire retro, en pasta oscura. Aún así, no siempre tienen por qué sentarnos bien el diseño que esté más de moda. Es una cuestión más de visagismo.
En primer lugar, el color de la montura debe ser adecuado a nuestro tono de piel. En este blog hemos hablado en muchas ocasiones de las asesorías de color. Y aunque parezca que no tiene importancia, elegir un color u otro puede endurecer nuestras facciones o destacar un rasgo que no nos interesa.
Por ello, siempre recomendamos que un asesor de imagen detecte qué colores os sientan bien y elegir el tono de la gafa en función de esta gama. Yo siempre recomiendo elegir, de cada gama, los colores neutros. Esto se debe a que son colores que llamamos base de combinación, que siempre nos quedan bien y que no pasarán de moda. Posteriormente, en función del atrevimiento de cada persona o el poder adquisitivo, podrá invertir en unas gafas que siempre estén vigentes o ir acorde con la última tendencia.
En cuanto a la forma, es muy importante el ángulo de nuestra cara. Si recordáis el post en el que hablábamos de los cortes de pelo más favorecedores, nuestra cara puede ser cuadrada, redonda, ovalada o triangular. Nuestro objetivo es armonizar las proporciones.
Por ello, si nuestra cara, por ejemplo, tiene forma de triángulo invertido (la frente más ancha que la barbilla) elegiremos gafas de metal, muy discretas, sin apenas color. De esta manera, no remarcaremos la línea horizontal de los ojos ya que nuestra intención es compensarla con la parte inferior. Si, por el contrario, nuestra cara es redonda, sí podremos elegir gafas con un tono más oscuro o de pasta más gruesa para marcar, precisamente, la línea horizontal de los ojos.
También es importante analizar la forma de las cejas. Si éstas son arqueadas, nos favorecerán más monturas con la línea superior ligeramente hacia arriba u ovaladas. Por el contrario, si nuestras cejas son rectas, las gafas podrán seguir esa línea (por ejemplo, un modelo cuadrado).
En lo que sí recomiendo invertir es en la calidad de los cristales. Mientras que en cualquier óptica existen monturas que no tienen por qué ser necesariamente de marca pero sí estar acordes con la moda actual, los cristales deben ser lo más reducidos posible si la graduación es alta. Además, es conveniente que sean orgánicos porque pesan menos y antireflejo para que se nos vean los ojos en las fotos.
Si tenéis alguna duda sobre qué modelo de gafas elegir, podéis consultármela a través del formulario de contacto.