Hoy quiero a hablaros de cómo mantener un vestidor ordenado y atemporal.
En primer lugar, coincido con la asesora de imagen y estilista Ana Antic en que la diferencia es cada vez menor entre prendas de invierno y verano. Aun con bajas temperaturas, podemos seguir utilizando prendas de manga corta o sin mangas, por ejemplo, si las combinamos con una prenda de abrigo.
Por el contrario, en función del lugar geográfico en el que nos encontremos, podremos seguir usando prendas de manga larga en una velada nocturna en verano.
Además, muchas oficinas y lugares de trabajo mantienen en época estival el aire acondicionado a una temperatura próxima a los 20 grados, lo que hace necesario una rebeca o chaqueta para combatir los cambios con el exterior.
Por ello, por el esfuerzo físico y el coste de tiempo que supone, cada vez es menos operativo ordenar el armario por estaciones de año.
En primer lugar, no me canso de recomendar que mantengamos un armario optimizado. ¿Qué significa esto? Que debemos deshacernos de todo aquello que no nos hemos puesto en dos años o que, por talla, no podemos utilizarlo actualmente.
Mantengamos solo aquello que sabemos que vamos a ponernos o que, por motivos sentimentales, queramos conservarlo. En este último caso, el armario o vestidor habitual no es el lugar en el que guardarlo.
Con la selección de prendas realizada, una de las opciones de clasificación es por colores. De esta manera, podremos combinar y realizar looks con solo un vistazo. A mi, por el contrario, me resulta más cómodo tener el armario ordenado por tipo de prenda.
Un apartado lo dedico a las prendas superiores, otro a las inferiores y el tercero a prendas de abrigo. Dentro de cada uno, podemos separar los pantalones de las faldas, o las camisas de las camisetas y jerséis. Todo lo que tenemos en el armario debe estar en buen estado para evitar imprevistos.
Los zapatos deben ir en otro espacio del vestidor o en un zapatero propio y su orden es similar a lo que hemos visto antes, bien por colores o bien por tipo de calzado.
Espero que estos pequeños consejos os hayan ayudado a que los cambios de estación no sean tan traumáticos para vuestro armario.