Hasta ahora, existían muchos reparos a la hora de combinar una serie de colores. El resultado no nos resultaba estéticamente agradable aunque no supiéramos explicar el por qué. Observamos los primeros pasos de la reconciliación de colores la pasada temporada otoño-invierno. Zara se atrevió a sacar al mercado una blazer que combinaba azul marino y negro, hasta entonces, un dúo prohibido. Fue líder de ventas y supuso un paso adelante en la ruptura de barreras cromáticas.
Esta tendencia se ha afianzado en esta temporada primavera-verano, momento en el que los códigos cromáticos han saltado por los aires. La moda color block, o la combinación de bloques de color, nos ha permitido ver en el mercado combinaciones como el rojo y el rosa o el verde y el amarillo.
Este cambio de opinión, nos demuestra que la moda es algo dinámico y que las tendencias cambian de la noche al día. Realmente, esta reconciliación tiene su lógica. Aunque la combinación azul-negro nos pareciera a simple vista antiestética, no existen razones para justificar esta opinión. En las asesorías de color, vemos que los colores combinan por el porcentaje de color amarillo que contengan, lo que nos marcará si el color es cálido o frío. A partir de esta distinción, se nos abre un amplio abanico de combinaciones.
Ya estamos viendo, en la calle y escaparates, un aluvión de color (verdes, amarillos, azules, etc.). Para mi gusto, la verdadera combinación estrella será el rojo y el rosa, con un cierto toque candy (como el que os enseño arriba, propuesto por Mango). Estoy segura de que si ésto lo hubiéramos dicho hace, por ejemplo, cinco años, no nos hubieran tomado en serio.
