Las principales implicaciones de la epidemia del Coronavirus son, por supuesto, la salud pública. Cruzando las fronteras de China, donde parece que se originó el virus, países como Italia, Estados Unidos o, incluso, España sufren esta situación que ya se ha convertido en un problema social y económico. Y el sector de la moda no es ajeno al temor por el Coronavirus.
En el mundo de la moda, son muchas las implicaciones que conlleva el auge del COVID-19. De los desfiles a puerta cerrada que ya vimos en la Semana de la Moda de Milán hemos pasado a la cancelación de los shows de diseñadores como Ralph Lauren o Gucci en Nueva York o la suspensión hasta nueva orden de los desfiles de Hugo Boss o Cartier.
Y aunque desde lejos podamos pensar que las Semanas de la Moda pueden ser eventos más o menos lúdicos, son en realidad los principales escaparates de colecciones en las que se han estado trabajando como mínimo seis meses y que, tras su muestra ante un público especializado y periodistas, se ponen a la venta en tienda.
Las Semanas de la Moda atraen a medios, gurús de moda y coolhunters a las ciudades en las que se celebra, generando así una riqueza económica que se ve mermada por la cancelación de este tipo de eventos (en España aún recordamos el impacto de la reciente cancelación del Mobile World Congress en Barcelona).
Pero la moda es una de las grandes afectadas de la infección por el Coronavirus también en su cadena de producción. Muchas de las fábricas de producción están situadas en China. El aislamiento que sufre el gigante asiático obliga a las marcas a buscar proveedores en otros países, generando retrasos y aumentando los costes de producción.
Si a ésto le unimos una bajada de las ventas debido a las restricciones de circulación por situaciones de cuarentena y el miedo a estar presentes en lugares con mucha afluencia de gente (por ejemplo, los centros comerciales), estamos ante una previsible bajada de las ventas, en plena campaña primavera/verano. Todo un contratiempo para un sector que ha sido uno de los grandes afectados por la crisis.
Ya son algunas las firmas que indican las pérdidas económicas derivadas del Coronavirus. Capri Holdings, la compañía dueña de marcas como Michael Kors, Versace y Jimmy Choo cifra la reducción de sus ingresos en 136 millones de euros. H&M ha cerrado la mitad de sus tiendas y Uniqlo cuenta con 136 comercios inoperativos de momento.
Por ello, más allá de «la moda de las mascarillas», que nos parece una frivolidad ante una situación de emergencia como la que vivimos, el impacto del Coronavirus puede derivar en una importante crisis económicas si no se consigue frenar la epidemia.